Cuando el trabajo te enferma: Desmontando el Síndrome de Estocolmo Laboral
Por Diliver Anrubi
Uzcátegui
Alex Rojas es una joven emigrante que se destaca por ser de mente brillante
y resiliente que, tras un arduo camino marcado por trabajos precarios y horas
extras no remuneradas, encontró una esperanza en la llamada a empleados de
países empobrecidos por parte de una empresa internacional.
La oportunidad de un sueldo decente para
construir una vida digna en América del Sur y ayudar a su familia en su país
natal la impulsó a enfrentar las pruebas y competir con otros aspirantes de
diversas regiones del mundo, cuya mano de obra es considerada de calidad y a
bajo costo.
Si bien el
sueldo era superior a sus anteriores experiencias, Alex pronto descubrió que el
bienestar laboral era una ilusión. La falta de beneficios de salud, las
llamadas inoportunas en sus escasas horas libres, las horas extras no
reconocidas y el ambiente tóxico comenzaron a erosionar su espíritu.
A pesar de
las humillaciones y el maltrato verbal, Alex, acostumbrada a las adversidades
propias de ser emigrante, las justificaba como parte del precio del éxito. ¡Podía
soportar aquello! Corrijo, debía hacerlo. Sin embargo, el desgaste emocional y
la creciente toxicidad laboral comenzaron a colarse en su vida personal,
transformando su lealtad a la empresa en una prisión invisible. En un miedo
insoportable. En un estado de ansiedad asfixiante que se activaba con el simple
repicar del celular.
La presión constante, las exigencias
desmedidas y la falta de reconocimiento la llevaron a un estado de ansiedad
paralizante. Su salud física y mental se deterioraban, mientras que su círculo
cercano observaba con impotencia cómo el rostro lozano de la joven de 25 años
se marchitaba bajo el peso de la angustia.
La
gastritis se hizo presente, las ojeras llegaron para quedarse, a la soledad se
unieron la irritabilidad, frustración, depresión y ausencia del sueño reparador.
Comenzaba a implosionar. Era asunto de vida o muerte reaccionar asertivamente.
La historia
de Alex Rojas no es solo la de un individuo, sino un reflejo de la realidad que
enfrentan muchos trabajadores en el mundo, especialmente aquellos en situación
de vulnerabilidad. Su lucha contra el Síndrome de Estocolmo Laboral nos
recuerda la importancia de reconocer y combatir el abuso laboral en todas sus
formas.
¿Qué sabemos del
Síndrome de Estocolmo Laboral?
El Síndrome de
Estocolmo Laboral (SEL), hace referencia al desarrollo de una enfermiza lealtad
y apego hacia sus empleadores por parte de empleados que, pese a estar en una
condición laboral negativa o incluso abusiva como en la historia de Alex, se
someten a esta relación toxica justificando tales abusos y se sienten incapaces
de abandonar tal trabajo.
Algunos síntomas de SEL
que se pueden observar en víctimas son: tener una relación con los miembros del
entorno laboral (compañeros o jefe) una relación basada en el miedo, no querer
o creerse capaz de abandonar a la empresa pese a las malas condiciones
laborales, justificar los malos tratos recibidos, asumir una postura de
sumisión, pérdida de seguridad y confianza en sí mismo, distorsión de la
realidad para justificar el maltrato del agresor en el trabajo.
¿Cómo se diagnóstica el
Síndrome de Estocolmo Laboral?
El diagnóstico del SEL,
no es un proceso clínico formal, debido a que no está tipificado en los
manuales de diagnóstico como otros síndromes. Algunos de los criterios empleados
se centran en la sintomatología que como observamos en el caso de Alex son
cuadros de ansiedad y trastornos de estrés.
Debemos señalar que no
todos los trabajadores o personas con SEL, experimentan los mismos síntomas y
esto obliga que el diagnóstico sea realizado por personal de salud cualificado
que debe considerar el historial personal, contexto laboral y gravedad de los
síntomas que el empleado presente, luego a partir de esto se usarán
cuestionarios, entrevistas y una evaluación psicológica para emitir un
diagnóstico.
El SEL es un problema real,
cuyas consecuencias pueden ser tan graves como una bomba de tiempo que consume
al empleado y arrasa con este o incluso con quienes forman parte de su entorno
laboral, de allí la importancia de un diagnóstico a tiempo.
¿Cómo
prevenir el SEL?
La mejor
forma de prevenir cualquier abuso es estableciendo límites y para ello es
importante conocer tus deberes y derechos, al tiempo que es vital saber a quién
y/o a dónde acudir en caso de maltrato.
El silencio
de la víctima suele ser el mayor cómplice del abusador, por cuánto reunir el
coraje para denunciar es prioridad. Los jefes que abusan de sus empleados
suelen aislarlos para que no vean otras oportunidades, así que evite aislarse,
siempre tenga opciones que tomar, hágase cada vez más competente y salga al
mercado laboral a escoger cuál es su mejor alternativa.
Finalmente,
alimente su autoestima, conozca el valor de su trabajo, sus conocimientos y
desempeño.
Alex Rojas es una joven emigrante que se destaca por ser de mente brillante
y resiliente que, tras un arduo camino marcado por trabajos precarios y horas
extras no remuneradas, encontró una esperanza en la llamada a empleados de
países empobrecidos por parte de una empresa internacional.
La oportunidad de un sueldo decente para
construir una vida digna en América del Sur y ayudar a su familia en su país
natal la impulsó a enfrentar las pruebas y competir con otros aspirantes de
diversas regiones del mundo, cuya mano de obra es considerada de calidad y a
bajo costo.
Si bien el
sueldo era superior a sus anteriores experiencias, Alex pronto descubrió que el
bienestar laboral era una ilusión. La falta de beneficios de salud, las
llamadas inoportunas en sus escasas horas libres, las horas extras no
reconocidas y el ambiente tóxico comenzaron a erosionar su espíritu.
A pesar de
las humillaciones y el maltrato verbal, Alex, acostumbrada a las adversidades
propias de ser emigrante, las justificaba como parte del precio del éxito. ¡Podía
soportar aquello! Corrijo, debía hacerlo. Sin embargo, el desgaste emocional y
la creciente toxicidad laboral comenzaron a colarse en su vida personal,
transformando su lealtad a la empresa en una prisión invisible. En un miedo
insoportable. En un estado de ansiedad asfixiante que se activaba con el simple
repicar del celular.
La presión constante, las exigencias
desmedidas y la falta de reconocimiento la llevaron a un estado de ansiedad
paralizante. Su salud física y mental se deterioraban, mientras que su círculo
cercano observaba con impotencia cómo el rostro lozano de la joven de 25 años
se marchitaba bajo el peso de la angustia.
La
gastritis se hizo presente, las ojeras llegaron para quedarse, a la soledad se
unieron la irritabilidad, frustración, depresión y ausencia del sueño reparador.
Comenzaba a implosionar. Era asunto de vida o muerte reaccionar asertivamente.
La historia
de Alex Rojas no es solo la de un individuo, sino un reflejo de la realidad que
enfrentan muchos trabajadores en el mundo, especialmente aquellos en situación
de vulnerabilidad. Su lucha contra el Síndrome de Estocolmo Laboral nos
recuerda la importancia de reconocer y combatir el abuso laboral en todas sus
formas.
¿Qué sabemos del Síndrome de Estocolmo Laboral?
El Síndrome de Estocolmo Laboral (SEL), hace referencia al desarrollo de una enfermiza lealtad y apego hacia sus empleadores por parte de empleados que, pese a estar en una condición laboral negativa o incluso abusiva como en la historia de Alex, se someten a esta relación toxica justificando tales abusos y se sienten incapaces de abandonar tal trabajo.
Algunos síntomas de SEL
que se pueden observar en víctimas son: tener una relación con los miembros del
entorno laboral (compañeros o jefe) una relación basada en el miedo, no querer
o creerse capaz de abandonar a la empresa pese a las malas condiciones
laborales, justificar los malos tratos recibidos, asumir una postura de
sumisión, pérdida de seguridad y confianza en sí mismo, distorsión de la
realidad para justificar el maltrato del agresor en el trabajo.
¿Cómo se diagnóstica el
Síndrome de Estocolmo Laboral?
El diagnóstico del SEL,
no es un proceso clínico formal, debido a que no está tipificado en los
manuales de diagnóstico como otros síndromes. Algunos de los criterios empleados
se centran en la sintomatología que como observamos en el caso de Alex son
cuadros de ansiedad y trastornos de estrés.
Debemos señalar que no
todos los trabajadores o personas con SEL, experimentan los mismos síntomas y
esto obliga que el diagnóstico sea realizado por personal de salud cualificado
que debe considerar el historial personal, contexto laboral y gravedad de los
síntomas que el empleado presente, luego a partir de esto se usarán
cuestionarios, entrevistas y una evaluación psicológica para emitir un
diagnóstico.
El SEL es un problema real,
cuyas consecuencias pueden ser tan graves como una bomba de tiempo que consume
al empleado y arrasa con este o incluso con quienes forman parte de su entorno
laboral, de allí la importancia de un diagnóstico a tiempo.
¿Cómo prevenir el SEL?
La mejor
forma de prevenir cualquier abuso es estableciendo límites y para ello es
importante conocer tus deberes y derechos, al tiempo que es vital saber a quién
y/o a dónde acudir en caso de maltrato.
El silencio
de la víctima suele ser el mayor cómplice del abusador, por cuánto reunir el
coraje para denunciar es prioridad. Los jefes que abusan de sus empleados
suelen aislarlos para que no vean otras oportunidades, así que evite aislarse,
siempre tenga opciones que tomar, hágase cada vez más competente y salga al
mercado laboral a escoger cuál es su mejor alternativa.
Finalmente,
alimente su autoestima, conozca el valor de su trabajo, sus conocimientos y
desempeño.
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